miércoles, 14 de septiembre de 2011

De tal palo




El plan es contarte todas estas cosas cuando tengas edad de entenderlas y podamos sentarnos juntos sobre un muro de piedra mientras el atardecer da esos momentos de nitidez al paisaje y el pensamiento. Escribo esto por si a pesar de quererte tanto no puedo estar a tu lado cuando llegue el momento. Será nuestro Plan B.
Para serte sincero, en este instante de mi vida veo lejano el día de tu nacimiento. Son tiempos difíciles, el mundo se encuentra inmerso en una especie de guerra tácita entre los que abusan y los abusados; y aunque parte de los sometidos parecen despertar de su letargo, el fin de la lucha no parece próximo.
Si cuando empieces a entender el mundo que te rodea puedes observar que gozas de una serie de derechos, recuerda que se los debes al sacrificio de gente que vivió antes que tú y que merecen tu reconocimiento. No hay mejor forma de agradecer un regalo tan grande que seguir con su lucha. Piensa que es imposible ser feliz rodeado de personas infelices y que tu propio bienestar depende del de la sociedad en la que vives.
Entiende que el amor por la tierra y su gente es lícito, pero que patria no es el lugar donde se nace o se muere sino donde se lucha. Respeta la identidad de los pueblos y no caigas en la trampa de que el concepto de patria pertenece a los conservadores. Tu primera patria tiene que ser el hogar donde habitan las personas a las que quieres y que te quieren, luego puedes escoger otra o muchas más, pero siempre sin olvidar la primera.
Compadece a quien se enorgullece de su propia ignorancia, ayuda humildemente a quien también con humildad acepta la suya, y nunca olvides que la ignorancia más urgente de resolver es la tuya propia puesto que en este mundo inabarcable siempre existirán cosas que escapen a tu comprensión. Pero eso no debe desanimarte, sino alentarte a asumir el constante desafío de reinventarte y aprender.
Si decides creer en una fuerza superior que rige tu destino o te sustenta en los peores momentos, recuerda que la religión debe ser siempre algo íntimo, que jamás debes tratar de imponer tus creencias a nadie, ni despreciar a quien cree en cosas que para ti pudiesen carecer de sentido.
Todos estamos hechos de pedacitos de todos y cada persona tiene un pedacito de ti, aprende a reconocerlo y amarlo más allá de su raza, procedencia o forma de pensar. Plantéate siempre la justicia de tus actos y huye de los tópicos; analiza por qué el bueno es bueno y el malo es malo, estudia las razones de unos y otros e identifícalas en ti mismo.
No pretendas poner reglas o parámetros al amor, ya que no existen. Perder a alguien que amas será siempre doloroso pero jamás definitivo. Aun así nunca renuncies al derecho a liberar tus sentimientos, recuerda que solo entregándolo todo puedes recibirlo todo. No te enamores del amor, estamos hechos para amar a las personas. Tampoco existen reglas sobre a quién debes amar, solo de tu interior puede salir quién es esa persona y en qué momento de tu vida, independientemente de su edad o de su sexo. Evita por encima de todo ser cobarde en el amor; tienes que saber que el miedo es un lastre, pero valiente es quien vence al miedo, no quien nunca lo ha sentido.
Descubre tu papel en la naturaleza y asúmelo, aprende que la muerte forma parte de la vida, que no existe vida sin ella. Respeta entonces la muerte como debes respetar la vida. Entiende que la naturaleza es un sistema complejo del que formas parte, que la Tierra es un organismo  vivo, y de la misma forma que no te infringirías a ti mismo dolor, no debes dañarla puesto que estarás dañándote a ti mismo y a los que quieres.
La vida te garantiza buenos y malos momentos en un orden caótico que tiende a la proporcionalidad. Es fundamental que aprendas a darle su justo valor a las cosas. Aprende que aunque en esta sociedad el dinero es una manera fácil de librarnos  de problemas y resolver necesidades, no debe ser nunca ni un problema ni una necesidad principal conseguirlo. No creas en la mentira de que hay una única fórmula para prosperar, relativiza los modelos sociales y culturales, busca hasta encontrar tu camino para que al final estés seguro de que siempre estarás haciendo lo que te dicten tus sentimientos, que es la única forma de dejar este mundo tranquilo.
Todo esto has de tenerlo en cuenta cuando tras soltar la mano de tus padres empieces tu senda en la vida y a la hora de relacionarte con las personas de dentro y fuera de lo que consideres tu familia. Atesora los valores de respeto, lealtad, esfuerzo y amor; deja que guíen tu vida, y aunque estoy seguro de que tendrás una vida larga y plena, piensa en el momento en el que tengas que enfrentarte a la muerte y en aquellas cosas que serán las que realmente valores cuando tu tiempo llegue a su fin. Piensa en ello y descubrirás cuales son las cosas que tienes que apreciar en cada instante de tu vida, instante como en el que escribo esto pensando en ti, aunque aún no tengas nombre ni sexo ni cumpleaños feliz.

1 comentario:

  1. grandiosa entrada...palabra por palabra. No cabe duda de que cuando seas padre serás de los buenos si inculcas estos valores =)

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Te escucho...