domingo, 27 de junio de 2010

Nosotros los niños


I am a baby in my universe

Rachid tiene una piedra en la mano, un barrio tatuado de guerra, un embargo y diez años. Isaac tiene simulacro de bomba bajo el pupitre, veinte olivos colonizados, la culpa de nada. Daniel tiene un álbum de cromos, miedo a lo que hay debajo de la cama, golosinas sin gluten y padre un día de cada siete. Bene tiene moscas en los ojos, un tejado de paja, un camioncito de lata, trescientos sesenta y cinco casquillos de bala. Ivana tiene su infancia guardada en la consigna de una estación, una catálogo de besos de atrezzo, una lágrima en cada almohada de cada orfanato y media botella de vodka. Wei tiene unos padres que querían un niño, una muñeca calva de enormes ojos azules, muchos kilos de patatas por pelar y el secreto guardado de una bolsa de caramelos. Jonathan tiene una radio que aun no habla ningún lenguaje verdadero, el colegio a quinientos baches de distancia, un pequeño puñado de hojas de coca en un lado de la boca y la visión turbadora de una niña desconocida en otro montículo del vertedero.

3 comentarios:

  1. Hola Alejandro,
    Sé y siempre me han dicho que el mejor regalo de un escritor son sus lectores y por eso me atrevo a escribirte. Quería decirte que me gustaron tus escritos pero lo que más me gusto fue tu tarjeta de presentación. Siento que te desnudas frente a nosotros, que de verdad podemos imaginarte como cuentas que eres.

    Saludos.

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  2. ¿Alguna vez has sentido que te estrujan el alma y se te han clavado imágenes en las entrañas?
    Quizás es que tengo una imaginación demasiado gráfica pero a parte de eso... me ha encantado... es precioso =)
    Estaba aburrida en el tuenti mirando páginas y entre tantos enlaces cliqué este... creo que el mejor de la tarde. Felicidades ^^

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  3. Lo cierto es que me siento turbada, y sólo tengo una imagen en la cabeza, la del antes y el después de los ojos de la niña que sale en una de las fotografías más famosas de la National Geographic; no conozco el nombre del fotógrafo, ni el de la niña, ni siquiera de que país era...sólo recuerdo unos inmensos ojos verdosos pidiendo auxilio a gritos y recuerdo la foto del después, la misma niña, bueno ya mujer, pero no son los mismos ojos, es como si le faltara un poquito de alma, como si se lo hubieran robado...me ha emocionado mucho lo que has escrito y pienso que mientras haya gente cmo tú puede que logremos evitar esos conflictos sin sentido que roban la ilusión de los niños, sigue así de verdad, me ha encantado, mucho ánimo.

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Te escucho...